3.10.2015

No hay finales escritos

La historias que íbamos escribiendo se entrelazaban sin querer, los personajes que creábamos eran idénticos y sus maneras eran casi las nuestras.

Lo sabemos: no hay ficción sin realidad. No hay realidad que pretenda ser ficción. No hay ilusión sin mentira, o quizá, no hay verdad. 

La vida se camufla y se disfraza de nuestras ideas. 

El futuro se viste de seda, de esa fragilidad de que estan hecha nuestras promesas. 

Y retomamos lo que algún día se inicio con un simple: "Hola" y que siguió, al instante con un: "te quiero" involuntario. Un te quiero de verdad: de esos que no se dicen. El silencio lo inventamos para ser cómplices del amargo son de ese te quiero que no suena pero resuena y resuena por siempre en ese futuro que se viste de seda y no conoce otras formas.

No conocemos otras historia, no pretendemos inventar otras. Quizá, la única manera de conocer un final sea pasar página hasta que no hayan más. Cerrar el libro. Vivir la vida

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